El envejecimiento da lugar a unas alteraciones fisiológicas que se desarrollan tanto en el aparato músculo esquelético como en la piel. Algunos cambios son normales, como el desgaste de la piel o las alteraciones en la morfología de los huesos ( artrosis). La musculatura pierde fuerza o se contrae, la piel se reseca y se pierde la grasa que acolcha la planta del pie. Uno de los mayores errores que cometen las personas mayores es la falta de cuidado de sus pies.
Algunas personas mayores pueden llegar a quedarse en casa porque no pueden andar y con una pequeña asistencia podólogica, como una quiropodia, unas plantillas o unas ortesis de silicona, podrían volver a salir sin problemas.
Las típicas dolencias podales de la tercera edad son las durezas, callos, metatarsalgias y alteraciones en las uñas, si bien todas tienen tratamiento.
En el caso de las durezas y el dolor metatarsal, se originan por la pérdida de tejido adiposo que con la edad se va produciendo, ya que, cuando este tejido está presente en condiciones normales, amortigua y funciona como un cojín.
Por otro lado, las dificultades que se le presentan a una parte significativa de la gente mayor para agacharse y llegar hasta sus pies comporta que acaben descuidando el autocuidado y la higiene de sus pies y uñas y realicen una higiene superficial, por lo que otro tipo patología está causada por este hecho. Ejemplo típico son las uñas distróficas (engrosadas), que se clavan, en las que ya hemos comentado el especial cuidado si el paciente es diabético.
El pie de riesgo está incluido en la asistencia sanitaria de la Seguridad Social, cuando ya hay un problema instaurado como una úlcera o un paciente diabético, pero no se contempla la asistencia preventiva.
Es por ello muy importante en personas de edad avanzada efectuar periódicamente con carácter preventivo la llamada Valoración del pié de riesgo, en la que, con instrumental básico adecuado, se hace una exploración detallada, en evitación de lesiones en los pies por alteraciones de la sensibilidad y la circulación periférica.