Se trata de una patología en la que el borde libre de la uña penetra a través de los tejidos blandos en los pliegues laterales. Cuando existe una herida en los pliegues se produce una respuesta inflamatoria en la zona, aumentando el riesgo de infección. Los surcos de las uñas constituyen una zona de difícil limpieza, con lo cual basta una pequeña erosión a ese nivel para que se produzca infección.
En la formación de las uñas incarnadas intervienen de manera muy directa los malos hábitos adquiridos, como arrancarse las uñas, una costumbre que suelen adoptar algunos niños y adolescentes. Esta afirmación se sustenta en estudios que demuestran la alta prevalencia de ese segmento de edad en relación con las uñas encarnadas.
Otros factores que intervienen en la formación de esa alteración son la predisposición genética (falange muy estrecha en una porción de carne muy ancha a su alrededor, o uñas en forma de teja con su parte delantera con tendencia a clavarse), calzado apretado y acabado en punta, y deformación de las uñas por engrosamiento y enroscamiento sobre sí mismas.
Una uña incarnada se identifica por el enrojecimiento de la parte blanda, en la zona circundante de la estructura córnea, y por una inflamación. La más que probable infección degenerará en una inflamación de la carne y posterior supuración. Sin tratamiento, a la infección le seguirá un mamelón hipertrófico, o formación de un bulto de carne alrededor de la uña.
Para prevenir esta evolución, este tipo de uñas necesitan tratamiento específico, ya sea paliativo o definitivo.
El Tratamiento paliativo se realiza mediante la extracción de la espícula de uña enclavada, la limpieza y el fresado de la uña en la zona incarnada. Si no se elimina el trozo de uña clavada el tejido se va hipertrofiando, inhibiendo el drenaje de la zona, produciéndose edema e infección.
Solventa el problema por un periodo de tiempo distinto según el crecimiento de la uña.
El tratamiento definitivo se realiza mediante la ablación parcial de la zona afectada de la uña, previa anestesia local, y posterior legrado de la matriz de la uña con distintas técnicas. Es un método sencillo, indoloro y el paciente puede salir caminando de la consulta sin problemas. Si existe tejido de granulación e hipertrofia de los tejidos periungueales, se aconseja tratamiento quirúrgico.
En el CENTRO BOROS DE PODOLOGÍA LE GARANTIZAMOS:
1º - Tratamiento definitivo garantizado
2º - Sin dolor anestésico
3º - Sin puntos de sutura y sin cicatrices
4º- Sin necesidad de reposo
5º - Sin recidivas
6º - Sin extirpar la uña
7º- Sin dolor postoperatorio
Las extirpaciones de la uña ya no son necesarias, siendo esta una solución no correcta ya que no corrige la uña en su matriz y traslada el problema a nueve meses después, que es lo que tarda aproximadamente en crecer la uña nueva.
Algunos consejos preventivos:
- Una uña debe cortarse recta, excepto en los casos en que el dedo está muy redondeado, ante lo cual habría que consultar con un especialista. Se debe tener especial cuidado en DIABÉTICOS, por graves riesgos de infecciones severas y necrosis de la zona.
- Los pediluvios ( baños de pie) no son lo más adecuado en estos casos, más bien lo empeoran.
- El uso de los utensilios de manicura en condiciones óptimas de limpieza y sin maniobras que provoquen heridas.
- Mantener los canales laterales de las uñas limpios de detritus.
- Uso de calcetines, medias y zapatos que no compriman los dedos.
La uña incarnada es un problema de fácil solución con una consulta a tiempo