Para todo deportista aficionado es fundamental saber cómo se pisa. En primer lugar debe realizarse una exploración anatómica y funcional en descarga, reflejando las alteraciones estructurales (dismetrías), goniométricas (amplitud articular) y funcionales (fuerza muscular, contracturas) del deportista.
La exploración continúa con el deportista en carga o bipedestación, observando la huella del pie en un podoscopio y la alineación anatómica.
Un pie excesivamente pronado, hará que la tibia rote hacia adentro, a su vez la rodilla y el fémur, produciendo una anteroversión del cuello femoral. Esto puede dar patologías a nivel de rótulas, rodillas, caderas y columna. En el caso de las dismetrías (una pierna más corta que otra), se podrán sufrir desde dolores de espalda, problemas de adductores, sobrecargas en la rodillas, gemelos, etc..
El estudio biomecánico se completa con la observación del deportista en movimiento, realizando una grabación en vídeo que permite observar el gesto de marcha, constatando las desviaciones en el talón, tobillo, rodilla, cadera y espalda en movimiento.
Estudios más especializados incluyen la posibilidad de obtener datos complementarios mediante plataformas de presiones que permiten indicar, la estabilometría, las desviaciones del centro de gravedad, ect.